El
TLC con la Unión Europea: más riqueza para Colombia
Jaime Luis Zapata García
El libre comercio internacional profundiza la división internacional del trabajo, estimulando la eficiencia en la producción y removiendo el incentivo para las guerras nacionales.
Un TLC con la UE reportaría beneficios para Colombia, pues sería un muy buen primer paso en la integración económica internacional, alejando al país de concepciones económicas falsas y generadoras de miseria, aumentando la competitividad y mejorando la economía nacional. Además de esto, posicionaría a Colombia en el plano internacional con más peso e influencia.
I. Introducción
La política exterior de Colombia en el gobierno anterior
estuvo muy marcada por el conflicto interno, alejando a Colombia de la
internacionalización económica y llevando a veces a roces con socios, lo que
tenía como consecuencia un grave perjuicio económico para los exportadores. Este
aislacionismo comercial de Colombia, sin embargo, es de vieja data, y se
remonta a la política de sustitución de importaciones acordada por Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX en respuesta a la dependencia de
los mercados internacionales; política que estaba basada en una idea económica
falsa y perjudicial: el proteccionismo. Con la consolidación de una política de
seguridad nacional firme, a pesar de todo, se crearon incentivos para que
Colombia fuera vista como un lugar seguro para llevar a cabo inversiones, y
también para establecer acuerdos comerciales internacionales. El gobierno
actual ha cumplido su función en términos generales al aprovechar estos
incentivos y adelantar lazos comerciales y políticos a nivel internacional,
mejorando la posición económica y política de Colombia, y haciendo lo posible
porque esto siga siendo así a largo plazo. Un TLC con la Unión Europea se
muestra aquí como sumamente relevante.
II. Presentación
Lo que se pretende mostrar en este escrito es que el Tratado
de Libre Comercio pactado entre la Unión Europea y Colombia traerá beneficios
para Colombia, no solamente desde el punto de vista del consumidor sino también
del trabajador. En primer lugar, desde el aspecto teórico, se hará una
referencia a cuáles son los beneficios del libre comercio internacional; se
explicará luego en qué consiste la situación comercial exterior de Colombia y
por qué es necesario superarla; finalmente, se expondrá en qué aspectos
concretos Colombia se beneficiará de este TLC.
III. Antecedentes
Prácticamente hasta 1990, no había relaciones entre Europa y
Colombia. Fue solo a partir del gobierno de Virgilio Barco que se empezaron a
establecer lazos de cooperación, en particular a partir del tema del
narcotráfico. Esto se acentuaba aún más en el aspecto económico por el
proteccionismo colombiano, que solamente se empezó a reducir un poco a partir
de la apertura en la década de 1990. Bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez se estrecharon lazos de
cooperación, pero más que todo desde el aspecto militar y muy centrados en el
problema del conflicto colombiano. Es más que todo a partir de la nueva
política exterior del presente gobierno que Colombia ha tratado de
internacionalizar más su economía (Duarte, 2012) (Reina y Oviedo, 2011).
IV. Análisis
1. ¿Por qué es bueno
el libre comercio internacional?
No hay causas económicas para una agresión armada dentro de un mundo de libre comercio y libre empresa. En un mundo así, ningún ciudadano individual podría obtener ventaja alguna de la conquista de una provincia o colonia. Pero en un mundo de estados totalitarios, muchos ciudadanos pueden llegar a creer en una mejora de su bienestar material por la anexión de un territorio rico en recursos. Las guerras del siglo XX han sido, es verdad, guerras económicas. Pero no las ha causado el capitalismo, como quieren los socialistas que creamos. Son guerras causadas por gobiernos en busca de una completa omnipotencia política y económica y han sido apoyadas por las desorientadas masas de estos países.
Ludwig
von Mises.
¿Por qué es bueno el libre comercio internacional? Solo
pueden haber dos tipos de relaciones entre las naciones: el comercio y la
guerra. No hay otra opción. El primero solo es posible si se comprende que
diversas regiones tienen diversas aportaciones para el comercio mundial: dependiendo
de su situación geográfica, cada nación puede tener condiciones más favorables que
otra para producir cierto bien que otro. Es a partir de esta especialización, y
de la subsiguiente división del trabajo internacional, que se pueden ver las
ventajas del comercio, pues se produce una situación de diferencia según las
capacidades que hacen menos costoso el producto, y a partir de esta diferencia
es que se puede dar el intercambio, según la necesidad de cada participante en
el comercio. Esta situación reporta beneficios para ambos participantes,
incluso en el caso de que una de las partes sea mejor para producir que la otra
en todos los aspectos, en la medida en que el tiempo es escaso, algo explicado
por la ley de asociación de Ricardo. Estas relaciones entre las naciones a
partir del comercio son pacíficas, y en la medida en que se amplía y profundiza
la división internacional del trabajo, se aumenta la dependencia entre las
naciones, lo cual reduce considerablemente los motivos de guerra.
Por el contrario, ésta, la guerra, parte de considerar que no
hay otra forma de obtener recursos sino a través de la exacción, del robo de
unos recursos de unas naciones por otras. En la medida en que los recursos son
escasos, y no se comprende el proceso de especialización, un Estado y su
población estarán motivados para iniciar la guerra por los recursos de otro
Estado, para controlarlos burocráticamente. Para los individuos de un Estado,
es irrelevante cuáles sean las dimensiones territoriales de este, siempre que
haya propiedad privada de los medios de producción, pues los individuos de este
modo pueden participar del comercio, y satisfacer sus necesidades
pacíficamente. Pero cuando el Estado controla los medios de producción,
entonces la única forma como el individuo puede satisfacer sus necesidades es a
través del Estado, y mientras el Estado tenga más para repartir, a partir de
los impuestos que establezca a otras poblaciones que ocupe, entonces mejor para
el individuo. La guerra por motivos económicos se produce, además, a partir de
una mala concepción económica, el proteccionismo, que en último término exige
la nacionalización, que en verdad es estatización, de los recursos; mala
concepción económica que está asociada a la idea, también falsa, de que para
que una población pueda satisfacer sus necesidades debe ocupar más y más
territorios. Por esto se dice que el proteccionismo es una filosofía de la
guerra. Esto es perder de vista el beneficio que se puede obtener a través del
comercio (Mises, 1994a, 1944b, 1949, 1951, 1985).
2. Situación comercial
exterior de Colombia
La situación comercial exterior de Colombia muestra, además,
otra consecuencia del proteccionismo: la ineficiencia a que se llega en los
productores nacionales por la falta de participación en el mercado
internacional. Esta falta de participación, a largo plazo, hace que los
productores no innoven, y se estanquen en la forma de producción que de todos
modos les va a reportar beneficios, al tener clientes fijos que no pueden escoger
otro oferente de los servicios que necesitan. Este proteccionismo fue propio de
Latinoamérica bajo la figura de la sustitución de importaciones en la segunda
mitad del siglo XX, originando solo al principio algunos éxitos, pero
mostrándose después como ineficiente y generadora de corrupción, clientelismos,
incompetencia y altos costos (Reina y Oviedo, 2011) (Yerguin y Stalislaw, 1998).
La mayoría de las naciones latinoamericanas, pues, abandonaron los
proteccionismos y comenzaron a integrarse en la economía internacional. En
cambio, Colombia permaneció bajo medidas proteccionistas, incluso dentro de lo
que se conoció como la “apertura”, tal y como muestran los bajos niveles de
importación y de exportación en comparación con otros países de la región, utilizando
para ello el Sistema de Franjas de Precios (Reina y Oviedo, 2011).
3. Beneficios del TLC
con la UE
Teniendo en cuenta esta situación, cabe plantearse si esta se
modificaría y en qué sentido mediante el TLC con la UE. Si se produce una
rebaja en los aranceles como está prevista para las importaciones que haga la
UE desde Colombia, cerca del 98% de lo que exporte Colombia hacia esa región
llegará sin aranceles. Según datos del Departamento Nacional de Planeación,
esto representará para Colombia un aumento en la producción, especialmente en
lo que se refiere a manufacturas y productos agrícolas, y en el empleo, que
puede sumarse en total en un crecimiento de 0,46% de la economía colombiana.
Esto, además, equilibrará el auge minero y energético que tiene Colombia,
creando nuevos puestos de trabajo. Colombia, adicional a esto, podrá importar
bienes de capital mucho menos costosos y más eficientes, lo cual redundará en
una producción más competitiva y en un aumento del empleo.
A pesar de esto, deben tenerse en cuenta los malos hábitos
incentivados por los altos niveles de proteccionismo acostumbrados en Colombia,
que la posicionan entre las economías menos integradas internacionalmente de la
región, consistentes en que los productores llegaron a considerar su situación
monopólica como dada y no sujeta a modificación. Para esto, el tratado
establece también plazos de liberalización, de manera que los productores
puedan acomodarse a la alta competencia europea.
Otro beneficio adicional es que con este tratado Colombia se
diversifica aún más, dejando de depender de naciones específicas para llevar a
cabo relaciones comerciales, cuyas graves consecuencias se mostraron con el
incidente de Venezuela, que redujo las importaciones colombianas en un muy alto
porcentaje (Reina y Oviedo, 2011).
IV. Conclusiones
1. El libre comercio internacional profundiza la
división internacional del trabajo, estimulando la eficiencia en la producción
y removiendo el incentivo para las guerras nacionales.
2. Un TLC con la UE reportaría beneficios para
Colombia, pues sería un muy buen primer paso en la integración económica
internacional, alejando al país de concepciones económicas falsas y generadoras
de miseria, aumentando la competitividad y mejorando la economía nacional.
Además de esto, posicionaría a Colombia en el plano internacional con más peso
e influencia.
V. Bibliografía
Duarte, J. (2012). La política exterior de
Colombia con la Unión Europea: cambios y continuidades a partir de una nueva
Colombia. En S. Jost (Ed.). Colombia:
¿una potencia en desarrollo? Escenarios y desafíos para su política exterior
(pp. 339-355). Bogotá: Fundación Konrad Adenauer.
Mises, L. (1944a). Economic Causes of War. Mises Daily. Obtenido el 18 de febrero de 2013 en http://mises.org/daily/2949/ Texto en español aquí.
Mises, L. (1944b). Omnipotent Government: The Rise of the Total State and Total War.
New Haven: Yale University.
Mises, L. (1949). Economic Nationalism is a Philosophy of War. Mises Daily. Obtenido el 18 de febrero
de 2013 en http://mises.org/daily/4934 Texto en español aquí.
Mises,
L. (1951). Socialism: An Economic and
Sociological Analysis. New Haven: Yale University.
Mises, L. (1985). Liberalism in
the Classical Tradition. New York: FEE.
Reina, M. y Oviedo, S. (2011). Colombia y el TLC con la Unión Europea. Julio de 2011. FESCOL. Obtenido el 18 de
febrero de 2013 en
http://www.fescol.org/index.php?option=com_content&view=article&id=189:policy-paper-no-4&catid=24:policy-papers-fescol&Itemid=9
Yerguin, D. y Stalislaw, J. (1998). La teoría de la dependencia. En D. Yerguin y J. Stalislaw. The
Commanding Heights. New York:
Free Press. Traducido por Adolfo Rivero. Obtenido el 18 de febrero de 2013 en http://www.neoliberalismo.com/dependencia.htm
Si bien estoy bastante de acuerdo, entre los puntos 4 y 5 quizás se ven algunas contradicciones, pero como dije, en la línea general del artículo está bastante bien. datacredito
ResponderEliminarel tlc va a arruinar a lo pequeños propietarios de este país,y al no haber una industria nacional competitiva,la economía del país va a quebrar.
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