jueves, 22 de noviembre de 2012

La Lección Olvidada del Día de Acción de Gracias.

La lección olvidada del Día de acción de gracias.
John Stossel
Original publicado el 24 de noviembre de 2010 en FoxNews.com
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Traducido por Roberto Miñagorri G. para Divulgación Libertaria.

De haber estado la actual clase política en el poder en 1623, la celebración que hoy llamamos Día de acción de gracias se llamaría Día de la hambruna. Aunque es obvio que muchos de nosotros no estaríamos vivos para celebrarlo.

Cada año para esta época a los chicos en las escuelas se les enseña sobre ese día tan maravilloso cuando los Peregrinos* y los americanos nativos compartieron los frutos de la cosecha. Pero el primer Día de acción de gracias en 1623 por poco no sucede.

Mucho antes del fracaso del socialismo moderno, los primeros inmigrantes europeos nos dieron una dramática demostración de los fatales defectos del colectivismo. Desafortunadamente, hoy pocos americanos conocen este hecho. Los Peregrinos en la colonia de Plymouth organizaron su economía de granja a lo largo de líneas comunales. El objetivo era compartir el trabajo y producir igualitariamente. Es por eso que casi  todos murieron de hambre.

Cuando la gente puede obtener lo mismo con menos esfuerzo, eventualmente terminan haciendo menos esfuerzo. Los habitantes de Plymouth prefirieron fingir enfermedades en lugar de trabajar la propiedad comunal. Algunos llegaron a robar, a pesar de sus convicciones Puritanas. La producción total era muy pobre para poder sostener la población y como resultado tuvieron hambruna durante dos años.

El gobernador William Bradford escribió en su diario: “parece que si no la prevenimos de alguna manera la hambruna seguirá el año que viene también. Los colonizadores empezaron a pensar sobre cómo cosechar tanto maíz como pudieran, y lograr una mejor cosecha que la que han logrado, y así no languidecer en la miseria. Después de mucho debate, yo, con el consejo de los más altos jefes entre ellos, hice saber que cada hombre debía obtener particularmente su maíz para sí, y respecto a eso confiar en sí mismos. Entonces se le asignó a cada familia una parcela de tierra.”
En otras palabras, los habitantes de Plymouth dejaron atrás el socialismo para pasar a la agricultura privada. Los resultados fueron dramáticos.

Bradford escribió después: “Esto fue bueno y de mucho éxito porque hizo que cada mano fuera muy diligente y así se plantó mucho más maíz del que se hubiera plantado de la otra manera. Para cuando llegó la época de cosecha, en vez de hambruna, ahora tenían abundancia, y el rostro de la situación cambió para alegría del corazón de muchos.”
Gracias a ese cambio la primera fiesta de Thanksgiving  pudo realizarse en noviembre de 1623.

Lo que Plymouth sufrió bajo el sistema comunal fue lo que hoy los economistas llaman La Tragedia de los Comunes. El problema era conocido desde la Antigua Grecia y Aristóteles observó: “Aquello que es propiedad común del mayor número de personas se le ofrece el menor cuidado posible.”

Si las personas pueden tomar de una jarra común sin importar qué tanto depositen en ella, entonces cada uno tiene un incentivo para recostarse de los demás, esforzarse lo menos posible y tomar tanto como pueda, porque lo que uno deje de tomar será tomado por otro y de repente la jarra está vacía.

Lo que la propiedad privada hace — justo como descubrieron los Peregrinos — es conectar el esfuerzo con la recompensa, creando un incentivo para que los individuos produzcan mucho más. Luego, si existe un libre mercado, los individuos intercambiarán sus excedentes con otros por los artículos que necesitan. Intercambio mutuo por beneficio mutuo hace a la comunidad más rica.

Aquí tenemos la más grande ironía: El gobierno de Estados Unidos todavía tiene que aplicar esta lección a su primera conquista, los nativos americanos.

El gobierno americano ha retenido la mayor parte de la tierra de los indios como fideicomiso desde el siglo 19. Esto desincentiva la toma de riesgo porque, entre otros motivos, no puede ser usada como colateral para los préstamos.

Dice el economista Terry Anderson, director ejecutivo de PERC, que en las reservas indias “la tierra privada es de 40% a 90% más productiva que la tierra poseída por la agencia burocrática Oficina de Asuntos de los Indios. Si conduces a través de las reservas en la parte occidental, verás de un lado campos cultivados, irrigación, y del otro lado, praderas y casas sobreexplotadas y lastimosas. De un lado tienes la propiedad privada, del otro la propiedad común, ambos, en cada lado, son la misma etnia de indios. Lo importante es que alguien es dueño de una de las partes.”


Lo fundamental está en que haya firmes derechos de propiedad. Cuando los productores saben que sus futuros productos están a salvo de confiscación, entonces toman riesgos e invierten. Cuando temen que se les confiscará el fruto de su labor, harán cuanto menos puedan.


Esa es la lección olvidada del Día de acción de gracias.



PILGRIM FATHERS
Los Pilgrim Fathers fueron un grupo de puritanos que abandonaron Inglaterra en 1620 huyendo de las persecuciones religiosas y que, después de cruzar el Atlántico en el Mayflower, fundaron una colonia en Nueva Inglaterra (New Plymouth, Massachusetts), dando así comienzo a la colonización británica en Norteamérica. Se los considera como los fundadores de Estados Unidos y el éxito de su primera cosecha se conmemora cada año en el Día de acción de gracias (Thanksgiving Day).

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